diumenge, de febrer 18, 2007

Una nueva prensa musical

Van dos conciertos curiosos en los ultimos dos o tres meses, el acustico de Nacho Vegas en la Oasis y el de Le Punk en La Casa del Loco. Son curiosos porque:

1º, son decepcionantes.
2º, son en un garito caro y tener Rock'n'Roll attitude a cuatro euracos la birra es jodido.
3º, me ha tocado acudir solo; di que siempre te encuentras gente (bueno, en el de Le Punk no, eso fue raro), pero vamos.
4º, me llevan a replantearme mis gustos musicales o mis amigos. Uno de los dos no funciona. Me inclino por lo primero, mas que otra cosa por no caer en un vacio existencial y hacerloes un poco la pelota.
5º, la comparativa calidad-precio con otros conciertos tan distintos como el de Pastora o el de la mina de Borobia en el Arrebato es muy cruel para mi bolsillo y mis dos dedos de frente.

Conclusiones:

a) No experimentes ni solo ni pagando, al menos en lo que a conciertos se refiere.
b) Fiate de tus colegas y no vayas a un concierto al que gente a quien respetas no lo haria.
c) Danza, maldito, danza.

diumenge, de febrer 04, 2007

Luis no reines tanto, no pierdas la cabeza

Pongamos por caso que un dia me levanto; se que es mucho pedir, pero hagamos el favor de imaginarlo. Siento ganas de botar, de sentirme un engranaje mas de este hermoso y terrible mundo, de ser socialdemocrata y con sentimiento y capacidad de cambiar las cosas con el mero concurso de mi voluntad.

Pongamos por caso que no me siento cansado, y que la realidad institucional del RosconRock es realidad y no institucional. Que Diego y con el el resto de cabezas de turko tocan en Independencia, y que yo estoy al corriente; que Choben y su grupo tocan tambien alli, pero que por algun extraño agujero en las redes que han de comunicarnos, yo no lo se. Y alli voy dispuesto a verlos por primera vez, como aquel que espera ver a su mujer por primera vez en un matrimonio concertado: con expectacion, frialdad (en este caso por el ambiente) y una cierta esperanza. Pongamos que acudo y que disfruto, que son buenos y que las nauseas que empiezo a sentir no son culpa suya; que el frio que siento es a su pesar y el mal sabor de boca es cosa de otras cosas y no de lo que acabo de escuchar. Entonces, digamos, por ejemplo que me siento enfermo, solamente enfermo, y que despues de escucharles me tomo un cafe y una caña en Linacero con Diego y decido que ya esta bien, que es hora de irme a casa, sobre todo en mi estado...

Hasta aqui todos de acuerdo, que remedio. Es mi relato de los hechos, y la unica posibilidad de verosimilitud pende de mis labios. La unica posibilidad de que todo lo que leeis sea cierto es creer aquello que escribo; lo cual por probable no deja de ser incierto. Entonces vuelvo para casa y me encuentro con que tengo el ordenador a mi disposicion, lo mismo que mi casa, de manera que me debato entre el erotismo, la pornografia y socializar. Cualquier opcion es merecida, y dada la incertidumbre, opto por la tercera. Abro el Messenger y me siento a gusto. El messenger es de los pocos espacios que conozco donde el tiempo bien aprovechado deja de serlo, para convertirse en algo mejor, que se pareceria a un espacio lleno de gente, bromas e intercambios basados puramente en el azar, o incluso en la mera posibilidad de que uno este o no este al otro lado del terminal. En esas estoy, diciendolo mas sencillo, viendo a Sara 3.0 y Sara 4.0, cuando veo un cambio de rumbo en medio del marasmo. Alguien me llama, y hablamos. Misa podria estar en peligro. Y aun asi no. Misa no esta en peligro, tan solo juega con las cartas que le han concedido, aunque el resto de jugadores enviden. En breves: Misa esta de acuerdo con que sus cuatro paredes son espacio insuficiente. De modo y manera que decidimos que Maria Antonieta puede ser, ademas de una pelicula, una forma de dar salida a la claustrofobia que nos acecha...

Alguien sensato, a estas alturas de divagacion podria preguntarse a que viene todo esto para hablar de una pelicula, y yo estaria de acuerdo con que lo hiciera. Lo resumire: por mi parte, estaba agobiado, necesitado de compañia y de sentimiento de productividad, hacia el mundo, hacia mi y, ademas, hacia algo que me hiciera sentir menos vacio. Cuanto mas "PRODUCTIVO" precisas sentirte, mas volcado en un punto muy determinado, entre casi todo y algo te encuentras. Por eso sali de casa con la fiebre del resfriado apenas curada. Y me encontre con una cosa que no quisiera haberme encontrado. Con Sofia Coppola detras de una camara.

Es cruel, o puede llegar a serlo, pero es un hecho. No se que meritos o demeritos habra hecho con sus anteriores peliculas. Quien me conozca sabe que hare lo posible por no verlas hasta dentro de dos o cuatro años. A lo que se comenta, parece que la tipa, hasta el dia de hoy era una crack, pero que alguien sea buena persona en el momento de meterte una patada en la entrepierna es irrelevante. Es la persona que te esta metiendo una patada en las pelotas, y es motivo mas que sobrado para condenarla al ostracismo, por mas que el resto de su obra pida perdon a gritos. Y no es que su Maria Antonieta sea atroz, que a ratos lo es; es que de Michael Mann, Hoffmann o el padre que concibio/la madre que pario a Panete me puedo esperar cualqueir cosa. Pero de una directora que a lo que se dice ha hecho un par de obras maestras, que ha sabido dirgir a Scarlett Johansson -palido remedo la Dunst- y Bill Murray -sobre todo a este-, y a quien el cine le corre con mas fluidez por las venas que a Pocholo la farlopa, pues te esperas algo mas.

Es decir. Tommy Hilfiger hace buen calzado; unas camisas chulas, unos vaqueros sobrevalorados y unos jerseys de muy buena calidad; Ralph Lauren hizo una buena campaña de publicidad con su aparcion en Friends, diseña unas camisas aun mejores que el anterior y su lineas de polos es brutal si te va el rollo pijo. ¡Que roto, ¿eh?! ¿A que viene esto? Pues a que la Maria Antonieta de la Coppola parece a ratos la campaña del lanzamiento de una linea de corses muy avanzados para el XVIII y retrogadmente kitsch para el XXI. ¡Qué momento el de beber champagne en el lago de Versailles al amanecer!¡Como no sentirse hippie avant la lettre leyendo a Rousseau entra la hierba, siendo infiel a Luis XVI con toda la hierba del mundo o criando a los delfines de Francia entre tal maleza que, ignorantes plebeyos, parecian campesinos!

Habeis de preocuparos. Sabed que segun la Coppola, cuando el Pueblo entro en Versailles saco las puertas de los quicios, rompio un par de floreros y se baño en pelotas en el lago. El hecho del proceso que el pueblo abrio a la monarquia es irrelevante comparado con que Le Peuple hubiera la osadia de mezclar sus heces con las de los pares de Francia en los riconces oscuros de la corte. Con que la Austriaca pagara con su cuello sus deudas de juego, contraidas con sus acreedores y con la Francia, la Occcitania, la Bretaña, a las que esquilmaba, no importa . Todo es irrelevante. Porque quiero caramelos. Bambambambambam...
Si podeis controlar vuestras pretensiones, id a verla. Si no podeis, id a verla y disfrutad de la sugestiva vida de un bohemio envuelta entre los laureles de la monarquia. Si estoy pedo, es sabado, y todo esto os la puede traer al pairo.
Añado: el Zorro con musica tecno pierde un huevo, asi que si habeis de verla en Zaragoza, escoged otro bar par echar la caña de despues.

dilluns, de gener 29, 2007

La noche puede ser maravillosa/Un chupito de ginebra

Una vez que uno empieza, no puede parar...
Empecemos por lo que uno entiende con salir por ahi: quedar con un grupo de gente con la que se junta para realizar actividades diversas, tales como beber (la principal), comer, hablar, cantar, bailar -esto reservado a mujeres que salen a bailar y hombres que salen a bailar, mucho mas escasos los segundos- y hacer el vandalo de manera mas o menos evidente.
Bueno, pues el viernes sali con mi hermano. Era su cumpleaños y ademas hacia dias que no salia por ahicon el, y la verdad que lo añoraba. Así que fuimos al Cavas de la calle Bretón. Para los abstemios o los de fuera de Zaragoza: garito clásico donde los haya, en el que a unos precios cada vez menos asequibles y con una media de edad en preocupante descenso -o al menos eso me parece a mi, asi que eso va a ser cosa de mi edad-, te ponen unos elegantes pozales de cinco litros rellenos de mezclas variadas. Agua de Valencia en el caso que nos ocupa. De modo y manera que nos ponemos lindos, bien lindos. Cojemos tres taxis y bajamos hasta el Casco; probamos primero en el Jardín del Temple; interesante estilo pseudo-modernista (es la peste esto de parar ultimamente con tanta gente de Historia del Arte), musica acpetable y ni Dios. Un colega de mi hermano me invita a un chupito de ginebra y, aun no se el porqué, acepto. Nauseas durante veinte minutos, cachondeo sobre nuestras caras.
Viendo el escaso exito del garito, cambiamos a la Botica; la misma clientela, la misma musica, pero como es la tercera parte que el anterior, resulta menos patetico, al menos para mi. Lo digo porque para el cabron del colega de mi hermano que me ha invitado al chupito de ginebra (o era ron blanco) el bar es un fracaso y deberiamos ir a otro sitio. Primero me cabreo, y manipulo sutilmente a mi hermano para que nos quedemos, y una vez hecho esto, empiezo a darle vueltas a las teorias de un colega sobre los grupos y colectivos virtuales y a las redes de cibernomadismo, y me planteo si la ocupación de bares como forma de apropiación del espacio publico, asociado a fenomenos de nomadismo grupal nocturno no es un precedente de este cibernomadismo. En esto estoy cuando me doy cuenta de que hace ya un rato que he acabado de mear, y es entonces cuando de verdad me cago en el chupito de ginebra (o sería tequila blanco), me lavo las manos, me refresco la cara y voy de vuelta con el grupo. Otra cerveza.
En lo que la estoy pidiendo, agarro una banqueta, se acercan mi hermano, la novia y una amiga. Hablamos de estupideces, nos reimos. Mi hermano y su novia se van; se queda la amiga y empieza el maraton de conversación de barra. Un par de cervezas, saludo a un par de rezagados del cumpleaños, incluida una chavala con unos pechos descomunales -en otras entregas es probable que la chica en cuestion y sus pechos sean relevantes, por eso la presento ahora-, y vuelvo a la banqueta. Se empieza a insinuar la posibilidad de cambiar de garito. Confirmado. Otra cerveza mas. Dejamos las banquetas y empezamos a hacer el ganso. Se podria decir que bailamos, pero seria mentir (bien lo sabeis los que me conoceis), cantamos y nos emocionamos con los Guns. Hay cosas peores con que emocionarse: el que me ha invitado al chupito de ginebra (¿o era brandy blanco?) se emociona con Alaska. Volvemos al Jardin. La diferencia entre un bar que mola y otro que no es que en el que mola no puedes colgar la chaqueta, moverte ni pedir en la barra.
Por suerte, no es que mole demasiado el Jardin, solo a medias, aunque basta para que cuando nos ponemos a hacer el imbecil con escas, riguis y otras cosas que no se escribir, o que no merecen ser llamadas con el nombre original -malditos Seguridad Social y maldito comerranas-, metamos algun empujon de buen rollo. Pero estoy cansado. Son las cuatro. Hasta y media, no puedes ser tan blando. Pues hasta y media. A y media les digo que me voy fijo. La amiga de mi hermano con la que he estado una hora hablando en la barra del otro garito me dice que si compartimos taxi. Me siento menos nenaza. Huir o luchar, ¿no era eso? Pues yo huyo, pero a tiempo. Me cago en el chupito de ginebra (era ginebra, fijo) por enesima vez y bendigo las banquetas.
Total, que llego a casa tras tener incluso un atasco; no es ironía ni metafora: en Zaragoza ya te puedes encontrar un atasco a las cinco menos cuarto. Esto es América, chavales, New York lo menos, ya podeis vivir el sueño americano en la parte trasera de un Skoda por 10 € la carrera. En cualquier caso, lo que cuenta y lo que queria demostrar es lo sencillo que es salir por ahi, y que eso te reconforte de una manera muy sencilla y a un modico precio. Pese a la ginebra.
C., esta historieta ira cuando este revisada a Coderas con Cerveza; si la quieres ya, sin problema...

El final de la espiral

Esa es la historia de lo que son los ultimos tiempos, estas ultimas semanas en las que me ha tocado vivir. Por centrar el tema dire que tengo la sensación de que hay periodos en los que los tiempos se alargan hasta que casi puedes sentir como te crecen los pelos de la nariz o se alargan las uñas, y otros en los que apenas te alcanza para pensar en lo que hacias dos horas antes; y por el motivo que sea, este es uno de esos periodos.

El cambio fundamental podria ser la cantidad de tareas con las que uno se compromete, la cantidad de gente a la que uno desea ver, la cantidad de información que deseas recibir, el aire que necesitas respirar. O puede que la variación sea más bien decidir un dia que ya está bien, que vamos a correr riesgos -y esto de los riesgos es completamente arbitrario, para algunos es lanzarse en paracaidas y para otros como yo es tan banal como cambiar de actittud hacia la gente- y a por ellos chavales, que son pocos, son bobos pero organizaus.

Total, que se me va y ni siquiera he empezado a hablar de lo que quería hablar. Las espirales. Paso todo el verano tranquilo; me saco el CAP. Trabajo un poco, me enfrento a la administración. Pierdo como es normal. Dire en mi favor que no me desespere. Asumo que empieza el master. Asumo que habre de trabajar. Acepto que hay que preparar lo de Torrijo, y lo de Chuan Garces. Me resigno a la realidad de que por algun motivo que sigo intentando encontrar, sigo queriendo investigar, y escribir. Mucha gente. Una relación. Mucha energía, cientos de luces que se encienden. Al aumentar la masa, se genera un campo gravitacional cuyo centro ignoro y respecto al cual intento ser centrífugo. El esfuerzo es inutil. Para aspirante a cientifico, aunque sea social, soy un poco zoquete, y completamente ajeno a los datos empiricos: siempre ha sido asi, el centro es invisible para mi, pero densamente real. De manera que empiezo la maniobra acostumbrada, que consiste, fundamentalmente, en extraer toda la informacion que se pueda de ese sol que no puedo mirar y al que me acerco sin remedio. Es la parte baja de la espiral. Es el sol de invierno, el momento del año en que mas cerca estamos del Sol, y al mismo tiempo, cuando mas frio hace. Me gusta el frío.

Pronto llegaré a la parte inferior de la espiral, estare cansado y me dejare llevar, sin ni siquiera intentar el camino mas facil; sencillamente, me dejare llevar. Y como siempre. Let down, Radiohead, decían. Un día, me saldrán alas, una reacción histérica, histérica e inutil... cuanta verdad. Y después... después nada, o lo mismo de siempre. Ese sol esquivo, invisible, me empújara de nuevo lejos de él. O de ella. Donde pueda mirarle en la distancia, cuando los días sean más largos y apacibles. Habré acabado mis tareas, recogeré mis cosas y me iré, hasta que toque volver a la parte baja de la espiral. El día menos pensado intentaré coger energias, y dosificar. El día que toque ya hablaremos de la parte de la espiral, que es tan fina y corta como la baja, pero llena de colorines, luces caleidoscopicas, flores y cosas de esas que les gustan a los hippies. Pero eso para otra día, que el día de neura era hoy.

Advierto: las Cronicas del Desierto han vuelto. Mas como una crónica de lo que es nuestro mundo y menos como un ejercicio literario. Lo de hoy ha sido una concesion a Afghan Whigs, Screaming Trees, Tim&Jeff Buckley, Radiohead, Tom Waits, Nick Cave, Karmele Marchante, el Risitas, el Cuñao, J.A. Biel, Shin Chan, Shanon Hoon, NIN, dEUS, el canal Buzz, mis amig@s , ex-parejas, Brian Singer, Hugh Laurie y House M.D.,la tierra que piso y odio/amo, J.A. Bergua, la facultad de Filosofía y Letras (casi mi hogar), Dragon Ball (Z, GT y original), Guadalajara y la borrachera que nos enganchamos sin Diego despues de las oposiciones (con jotas de picadillo incluidas), las escaleras de mi casa del pueblo, Jackson Browne (gracias a su concierto en Zaragoza), Nacho Vegas (pese a su concierto en Zaragoza), mis sobrinos Miguel y Clara e Ibai, el hijo de Carlos y Meri (sobre todo por recordarme porque pese a no confiar en la humanidad como principio cientifico se debe promover una cierta esperanza), Mallacan, el Profesor Cardona, el Napoleon de Montesquiou y las noches 2M, el emule, y, en general, a todo aquello que me ha traido desde la primera vez que pense en abrir esta ventana al Desierto hasta esta segunda etapa. El amor nos desgarrará otra vez, segun Joy Division. Por suerte. En cualquier caso nunca te fies demasiado de los suicidas como referente vital. Pues eso, que aqui estamos de nuevo. Puro Bendrix 2.0

diumenge, de gener 08, 2006

¿Cuando has estado así?

Recuerdo un día. Volvía de trabajar y sono el movil era mi madre. Yo estaba comiendo. Descolgué el movil delante de un solitario, humeante plato de arroz. Había contactado con mi tía, quien a su vez había hablado con su amiga francesa, para darme el "paquete" que mi tía le había entregado a su amiga en su visita a Canarias.
Así que sería sobre las cuatro y media; al final, la cita era en la Place Royale, en el lado del restaurante alsaciano. No me generaba, en ese momento, demasiada inquietud el momento de encontrarme con ella. Asi que después de comer baje al Flesselles a tomar un cafe y leer Le Monde y France Ouest. Fueron finalmente dos cafés y un par de revistas, una cultural y otra de actualidad politica y cultural. Las cuatro menos cuarto. Sara estaria en clase todo el día, lo mismo que el resto de la gente: trabajo, estudio, trabajo, estudio, trabajo... la ventaja de ser un profesor asistente de español es la enorme cantidad de tiempo que te permite dilapidar, aun siendo un miembro util y productivo de la comunidad (o no tanto), manteniendo entretanto y pese a ello un volumen de trabajo y estudio satisfactorio.
Subi un momento a casa, ahogandome (la vida sedentaria, el exceso de cafeina y cinco pisos a pie son una combinación extenuante), decidi celebrarlo con un cigarrillo, y pase otra media hora escuchando France-Info. Ultimos coletazos de la campaña de las presidenciales. Tout securitaire. Jospin presa de su pasado como entrista trotsko. Estupideces que enturbiaban un magnifico día, que habia luchado a brazo partido por existir desde primeras horas de la mañana. De hecho, la parca aun lucia manchas de humedad, extendida sobre el radiador. Chirac no podría con el sol.
Finalmente, baje las escaleras y sali a la calle. Enfile la rue Kervegan y subi por 50 otages. Primera a la izquierda. Place Royale. Diez minutos de adelanto. Era previsible, en un casco antiguo de medio kilometro por medio kilometro resutla casi imposible ser impuntal. Baje a Commerce a por un cafe. Descafeinado, hay que cuidarse. Otro euro con veinte gastado en balde. Finalmente, me convenci para acercarme hasta el restaurante.
No se exactamente como me reconocieron y como fue que yo no albergué duadas de que el saludo era efectivamente para mi, pero el hecho es que así fue. Las presentaciones fueron rapidas. La amiga de mi tía venía acompañada, sino recuerdo mal, por su hija. Fueron gentiles. Se interesaron sobre mi vida en la ciudad -en su ciudad, al fin y al cabo, no hubo lugar mas que para el halago-, sobre mi trabajo. Me transmitieron los saludos de mi tia. Yo les pregunte por Canarias, he hice un par de comentarios sobre la multiulturalidad, la lejanía del hogar, el contraste y el reencuentro con la tierra. Todo fue muy agradable. Tres personas respetuosas, con sus vidas propias, con ganas de reenprenderlas, pero al mismo tiempo, con la correcta actitud de querer recordar algo de alguien a quien el azar planta durante unos breves minutos en tu vida. Encendi el sexto o septimo cigarrillo de la tarde; no fue, desde luego, una invitación a acabar con la conversación, y creo que tampoco fue interpretado así. En cualquier caso, en ese momento se decidieron a darme la bolsa con el paquete; "bueno, creo que esto es tuyo", me dijo cuando termine de devolver al bolsillo el mechero, al tiempo que aproximaba a mi mano la bolsa (el castellano se había impuesto involuntariamente como lengua corriente de la conversación, misterios de la poliglotía) que mi tía me había enviado con tan atípicos correos. Les invité a un cafe, pero ellas lo rechazaron gentilmente.
Nos despedimos con la efusividad que la situación y la confianza merecían; desde luego, si un observador atento hubiese estado pendiente del encuentro desde su inicio, la hubiera juzgado excesiva: tres extraños que se encuentran en mitad de una calle, proceden a las presentaciones, conversan durante unos cortos cinco minutos para, acto seguido, decirse adios -esta es la palabra correcta- con evidentes muestras de afecto. Sin embargo, si este observador ademas de atento hubiera sido perspicaz, sin duda repararía en que estas tres personas compartían un vínculo, que resultaba capaz de derribar ese fragil muro que a veces se teje. Hubiera sabido ver que cuando dos extraños comparten el afecto por una persona lejana, éste les ayuda a encontrarse, a establecer es nexo que se impide crear, que queda imposibilitado por el silencio que cubre las horas punta en las ciudades. Parece a menudo como una debil grieta en toda esa pared que el lenguaje, la ciudad, el trabajo, el trafico, los hombre poderosos que escriben con trazo firme las lineas de los mapas y más, han levantado ahogando millones de abrazos, caricias y holabuenastardes sonrientes que nos hacen falta dar y que tan solo son permitidos con la sordina de las sabanas propias, la tristeza esclerotica e insititucionalizada y las salas de masajes de Tailandia.
Con esta sensación esperanzadora y exultante de la despedida prohibida por las costumbres en la boca del estomago, deshice el camino hasta casa. Subi con el octavo cigarrillo alumbrado entre los labios y los pulmones henchidos y victoriosos, mis pasos eran inmunes a la rutina que media hora antes los abrumaba. En las calles el dia habia certificado su victoria. Llegué a casa y coloque cuidadosamente el paquete en la cocina y la chaqueta y el jersey, que eran a todas luces excesivos, sobre la silla del dormitorio. Abrí la ventana del cuarto de estar y puse en el CD a los Piratas. Volvi hasta la cocina, y por fin me dedique a quitar los papeles de regalo que lo envolvían. Allí estaban. Una maza de jamon, una barra de lomo, un par de detalles culinarios mas y un cartón de Marlboro. Todo un paquete de exiliado. Rapidamente, corte un par de lonchas de jamón, tal y como se cortan en mi pais, gordas, majas, y tres o cuatro de lomo, con un poco del pan del día de antes -me dije que mas tarde bajaría a por más, o mejor, le pediría a Sara o alguno de estos que lo subieran ellos-. Saque una de las ultimas cervezas de la nevera y me acerque con el cenicero a la ventana. Pase las tres o cuatro primeras canciones del CD y me las ingenie para coger la camara de fotos.
La música continuaba con un volumen respetable, mientras yo masticaba. Nadie me iba a interrumpir en, por lo menos dos horas. Me acerque al cuarto a por un cuaderno y un boligrafo cuando acabe con la merienda, eche un par de tragos a la cerveza y encendi un cigarro. La tarde continuaba tranquila abajo, la gente paseaba sin ningun tipo de agobio, ocasionalmente algun cliente salia o entraba del cafe o del sex-shop. Saqué tres fotografías: una, del cielo sobre Ricodeau, otra, del cielo sobre Bouffay, y una ultima de ese mismo cielo, del que yo contemplaba ahora, sobre las casas de enfrente. Hecho esto, cogi la cerveza y me tumbe en el sofa. En las dos horas siguientes, no me levante mas que para ir al baño y cambiar la cerveza por agua o zumo. Cambiaba los cd´s desde el sofa, y ocasionalmente cogia el cuaderno que tenia en el suelo para escribir algun detalle interesante de la canción, de mi cerebro, del futuro o del pasado. A veces hablaba con alguien un par de minutos por telefono. Miraba el cielo.
No recuerdo haber sido tan feliz en mi vida.

dimarts, de setembre 06, 2005

Hora de cierre

Es hora de cierre, los parpados se vencen sobre sus propias espaldas. Ya no tengo miedos, ni futuro ni pasado. Solo una larga noche, cada segundo mas escasa, para descansar. Para mecerme en esa tierra sin tiempo que a todos nos espera y que todos conocemos. Alli te esperare. No creo que tenga más razones para mantenerme en vela a estas horas que la pura inercia de no dejar resquicios para la locura, de no sentirme amenazado por lo que una mente enfurecida sea capaz de reprochar en sueños a mi consciencia.
Dije que era hora de cierre. Ahora lo dudo; no que lo dijera -aun me mantego suficientemente consciente, creo-, sino que ese concepto siga existiendo. Antes los hombres y mujeres soñaban junto a los pajaros, los arboles, el sol y la luna. Hoy, el ritmo de los neutrones en no se que mineral determina la duración del sueño. Las caras de sueño son tan solo un indicador falible de la hora. El sol no es mas que una baratija, un camafeo de oro que adorna la mitad de nuestros días. Animales no los vi, como nunca antes nadie vio palmeras en Zaragoza, y sin embargo ahi están.
Los días se han transformado en convenciones, como el ir vestidos en verano por la calle. Quedaría tremendamente feo y descortes decir que ya no crees en los días, que es algo obsoleto y burgués. Peor aun, chabacano, paleto. Algo tan desagradable como lucir el pleno de la genitalidad en un autobus. Los dias son, en esta epoca, apenas leves instersticios entre unos y otros momentos orquestados por hosteleros y comerciantes en que encienden luces por las calles y ponen virtuales armas en manos de los hij@s, novi@s, etc. obligando al resto del mundo a celebrar, comprar, hipotecar, bailar, beber, viajar y toda una serie similar de acciones engorrosas y, sobre todo, muy personales.
Aragón no tiene en ese sentido dias propiamente dichos. Son mas apropiadamente resacas entre una y otra fecha. Aproxiamdamente cada 3/4 de ciclo lunar (por utilizar una expresión que, al contrario de dia, no este desvirtuada), este pais conoce una gran celebración con tintes orgiasticos, y de variada naturaleza, que le lleva a un estado comatoso el cual, a excepción de leves repuntes, se mantiene hasta la siguiente explosión publica.
El hermano nº1, Pol Poth, vislumbro la eficacia de todas estas medidas de destrucción del orden burgues. La ejecución de personas que llevaban gafas obedecia a un impulso muy similar a toda esta aniquilación del tiempo tradicional. Madrugar es contrarrevolucionario. Dormir por la noche es contrarrevolucionario. Mirar el reloj es contrarrevolucionario. Ayer, hoy y mañana son contrarrevolucionarios. Solo cuenta, a partir de esta decima de segundo, el 11-S.
Salud.

dimarts, d’agost 16, 2005

Las Cronicas del Desierto de Sara y los exilios aragoneses

Sara no existe; es tan solo un lugar, un espacio particular que comparto, una parte de mi que ya no es mia. Aragón es un espacio del que invariablemente se nace exiliado, con la maleta preparada. Listo para emigrar. A Sara, a Barcelona, a donde el mar nos mezca (dicen, por cierto, que la gente de mar le dice la mar en lugar de el mar. En nuestro caso, hasta nuestros exilios son interiores).
Cuando yo naci, Aragón soñaba con reencontrarse -yo vivi el sueño abrazado a una placenta- y Sara todavía no gateaba por parques mas soleados que los mios. Hoy, Sara ha crecido hasta hacerse tan grande que ya no la puedo ver, y Aragón persigue el retorno, la redención y muchas mas cosas de esas que por mucho que se buscan nunca se encuetran, de esas de las que Lacaan decía que se pierden en una fase especular. De esas ausencias de las que lo unico que se debería esperar es que fueran soportables y no un constante lamento lacerando oidos y conciencia.
Esto pretende ser esta crónica. El relato de un olvido y de un reeecuentro. El olvido de Aragón y el reecuentro con Sara. Dire solamente que espero disfrutar, y que se entienda cuanto menos mejor.
Salud